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viernes, 30 de agosto de 2013

Crucero Sol de Medianoche - Tromso

7 de Agosto

Esto de que a las dos de la mañana ya esté el sol fuera como si fuesen las ocho nos tenía un poco trastornados. Te despertabas a media noche pensando que era tardísimo, que te habías quedado dormido y que íbamos a perdernos la mitad de la escala. Pero resultaba que no, que tan sólo eran las tres o las cuatro, y yo soy de las que una vez se despierta le cuesta mucho coger otra vez el sueño. Así que la mayoría de los días estábamos levantados a las seis, asomados al balcón (con mil capas de ropa) para disfrutar de las vistas. 



A las ocho llegamos a Tromso, una pequeña isla que es la base para la mayoría de salidas de expediciones al Polo. Aquí todo es lo más al norte: la catedral más al norte, el museo más al norte,...
El Deliziosa atraca lejos del centro, muy lejos, así que nosotros optamos por contratar el desplazamiento con Costa, 7€ por persona ida y vuelta. El autocar te deja en el centro, al lado de la oficina de turismo. Nosotros decidimos subir primero al teleférico y luego ir acercándonos al centro. Para llegar al teleférico hay que coger el bus número 26 en la calle Havnegata, delante de un Peppe's Pizza (veréis más locales de esta cadena por Noruega, y todos tienen wifi gratis). Nosotros íbamos de camino a la parada cuando el bus nos recogió a mitad de camino, el conductor, un chico español, dice que nos reconoció como españoles por la forma de vestir y paró en medio de la calle a recogernos, jaja, así que nos subimos al autobús y encima no nos cobró el billete. Estuvimos hablando todo el trayecto con él sobre su vida en Noruega, lo difícil que es conducir un autobús con la nieve y el hielo y la suerte que teníamos con el tiempo (ese comentario fue a diario, en todas las escalas nos comentaban que días atrás el tiempo había sido horrible, pero a nosotros siempre nos brillaba el sol). Una vez en la parada, el teleférico está a escasos metros. El precio, 120 NOK, pero las vistas, increíbles.






Después de pasear un rato por los alrededores decidimos bajar y visitar la Catedral Ártica. Llegamos dando un paseo desde la base del teleférico.





No pudimos acceder al interior porque estaban oficiando un funeral, así que sólo la disfrutamos por fuera.

De aquí cogimos un bus para que nos acercara al centro, era eso o cruzar el interminable puente a pie. Una vez en el centro no pudimos resistirnos a comprar unas fresas y frambuesas como tentempié en el mercadillo que había.






De ahí seguimos nuestro paseo por el centro hasta llegar a Polaria, donde podemos disfrutar de unas películas panorámicas sobre el ártico y las auroras boreales, y un acuario ártico donde nadan las focas barbudas. A mí me decepcionó un poco, me esperaba algo más. Es bastante chiquitín, pero bueno, lo disfrutamos. 







Después de Polaria nos volvimos al centro, donde paramos en un Burger King a comer, y sí, aquí tienen hamburguesas sin gluten, no como en España. Y después del paseo y de entrar en algún súper a chafardear...





Regresamos al barco a descansar.


lunes, 26 de agosto de 2013

Propósitos del nuevo curso y Bizcocho cebra

Última entrada Noviembre del 2012!!!!! Pues sí que he tenido este rinconcito abandonado, no? Aunque si me pongo a pensar lo dejé porque volví a estar pachucha, y luego vino el chucho a casa y al final, una cosa llevó a la otra y .... Bueno, lo pasado pasado está, y hoy me he propuesto retomar el blog. Que tengo muchas escapadas que contar y no tantos platos que compartir, jijiji. 
Pero empezamos con un Bizcocho, que para los desayunos viene fenomenal. La receta original no sé de quién es, que me perdone la autora, pero son de esas recetas que hay mil variaciones en la red. 



Ingredientes:
3 huevos
150g de azúcar
1 yogur natural
150g de aceite
150g de harina de arroz
100g de maizena
1 sobre de levadura Hacendado
5 cucharadas soperas de cacao en polvo (yo usé Valor)
50ml de leche



Preparación:
Batir los huevos con el azúcar hasta que espumen. 
Añadir el aceite y el yogur y seguir mezclando.
Añadir las harinas y la levadura tamizadas y volver a mezclar.
Separar la masa en dos boles. A uno de ellos añadirle el cacao y la leche (la leche la ponemos para que la masa no sea tan densa, puede necesitar un poco más o menos, según el espesor que le demos con el chocolate).
Engrasar un molde de unos 20cm. 
Poner dos cucharadas soperas de una de las masas en el centro. Encima de ésta, dos cucharadas de la otra masa, y así sucesivamente. Se nos formarán anillos de colores.
Hornear en el horno previamente calentado, a 170º, durante unos 40 minutos. 
Desmoldar y disfrutar!!!



En mi caso la masa de chocolate era demasiado densa, por lo que se fue al fondo y no se ve bien los anillos, tendría que haberle puesto más leche. Para la próxima ya lo sé, porque sí, habrá próxima.