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sábado, 22 de septiembre de 2012

Crucero Sol de Medianoche - Preparativos y Ámsterdam

Este año nos tocaban las vacaciones en agosto, y dudábamos entre Nueva York o un crucero por las capitales bálticas. Entre mi estado de salud, y que no sabía las fechas exactas de vacaciones descartamos Nueva York. Pero un día abro el correo y encuentro un mensaje de Costa Cruceros informándome de unas ofertas para determinadas salidas ¡y ahí estaba! Habían sacado una ofertaza para el crucero Sol de Medianoche, con salida el 2 de agosto, casi 7000€ menos que en el catálogo. Me fui corriendo a la agencia, hice la prereserva y pedí en el trabajo los días. Hace dos años ya hicimos fiordos, pero nos quedamos con las ganas de llegar a Cabo Norte, así que no nos lo pensamos y empezamos a preparar nuestro viaje.
Estaríamos 12 días a bordo del Costa Deliziosa visitando Amsterdam, Hellesylt-Geiranger, Honninsgvag, Tromso, Leknes, Trondheim, Andalsnes y Bergen. Sólo repetíamos dos escalas: Hellesylt-Geiranger y Bergen, y eran dos de las escalas que más nos habían gustado en el anterior, así que encantados.
Como la reserva fue precipitada y no tenía los días de vacaciones fijos (sólo me podían asegurar los del crucero) cogimos los vuelos y traslados con Costa, una cosa menos en la que preocuparse.
Busqué compañeros de viaje a través de www.infocruceros.com y de www.losviajeros.com para intentar hacer las excursiones a nuestra medida. Y aunque tuve que dejar la preparación del viaje aparcada un par de meses por mi estado de salud, volví a falta de un mes y conseguí cerrarlo todo.

2 de agosto - De Barcelona a Amsterdam

¡A las 4:45h era la hora de facturación! Pero si nos hemos ido a dormir a las 2 ¿por qué suena el despertador a las 4? Uff menudo madrugón, pero al menos tendríamos más tiempo para visitar Amsterdam antes de zarpar. El vuelo fue tranquilo y llegamos puntuales al aeropuerto de Schiphol. Una vez allí las azafatas de Costa nos dicen que hay una avería en el túnel que comunica el aeropuerto con el puerto, y que los autobuses tardan más en llegar de lo previsto. Pero en nuestro caso la espera fue de escasos 10 minutos. 
Una vez en el puerto, dejamos el equipaje, nos entregaron el turno de embarque y nos dispusimos a pasear por Amsterdam. 
Saliendo del puerto, a escasos 10-15 minutos andando se encuentra el centro, y aunque también se puede ir en tranvía, decidimos caminar y así estirar las piernas.




Paseamos por sus calles, vimos sus canales y disfrutamos del buen tiempo, y nos quedamos con la sensación de que tenemos que volver para poder disfrutar mucho más de esta encantadora ciudad.








Hacía el mediodía, después de un buen cucurucho de patatas fritas, decidimos volver al barco y realizar el embarque para podernos acomodar en el camarote. Nos habían asignado uno de minusválidos por lo que todo era mucho más espacioso que en los camarotes que habíamos tenido anteriormente. Y además disponíamos de ventana y de un balcón enorme.


Por supuesto, teníamos nuestro detalle de bienvenida por ser celíaco:


La primera, y única, sorpresa "desagradable": nos habían cambiado el turno de cena al primero, ¡las 18:30! ¡Pero si eso es mi hora de merienda! Y encima coincidía con la reunión que habíamos preparado los del foro. Fuimos a cambiarla con el maitre, pero no sería efectiva hasta el día siguiente. Aunque como estábamos tan cansados por el madrugón no nos fue tan mal cenar pronto.
Antes de zarpar realizamos el simulacro de emergencia, que se hizo un poco pesado, ya que las instrucciones las dieron en inglés, italiano, francés, alemán, español y creo que en algún idioma más (los anuncios por megafonía también eran en portugués y ruso), pero es un trámite que hay que pasar. Esta vez, tenías que entregar unas tarjetas rojas que estaban en el camarote para controlar que todo el pasaje lo hiciese, y si no hacías el simulacro te convocaban al día siguiente. 
Disfrutamos de las últimas imágenes de Amsterdam desde nuestro balcón y nos dirigimos a la cena.


Y aquí empezó la maravillosa relación de mi marido con sus postres (y sus cuatro kilos de más que se ha traído de souvenir)


Demasiadas emociones en un sólo día, mi salud todavía no está al cien por cien, así que prontito a dormir para coger fuerzas. 


Pocas veces veríamos la noche a lo largo de nuestro viaje.

3 comentarios:

  1. yo tambien me traería mas de un kilo de souvenir si me pusieses esos postres :)
    me encanta el viaje!!

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    Respuestas
    1. Pues imaginate esos postres para la comida y para la cena, ¡Así volvió! El viaje, espectacular, ya lo iras viendo.

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